Me dejo impactada, emocionada y triste a partes iguales. Una película, la de una vida, la de una diva con alma de jazz, la de alguien que pudo tenerlo todo y que por falta de amor propio, por carencias afectivas muy arraigadas, se dejo morir, se marchitó en las garras de las drogas, nos dejó sin su maravillosa y desgarradora voz en la flor de su vida.
Una vida desconocida para todos,desconocida para mi que me enganchó con su primer albúm y me hacia vibrar con sus canciones. Canciones, cuyas letras ahora entiendo tras ver este documental.
SENSACIONAL.
Merece la pena 100%, para conocer a la persona detrás de la diva, de la mal etiquetada viciosa o loca o mil cosas más.
Ella canalizaba su sufrimiento cantando y desgraciadamente, tambien consumiendo.
Los adictos son personas extremadamente sensibles, que no saben o no pueden gestionar su dolor.
La sobrecogedora historia de una artista, que demostró al mundo donde se puede llegar desde cero, con méritos propios, con su pasión la música por bandera. La vída de una niña soñadora y rebelde, libre y carismática, cuyo vacio existencial y su necesidad de amor, la hundió en la negrura de la soledad. Una soledad que es patente en este documental, a pesar de estar rodeada de "pirañas" que solo se movían por interés, empezando por su padre, figura que marcará la vida y el final de Amy...
Al final, no pudo vencer a sus demonios, no le gano la batalla a la adicción.
D.E.P Amy, no dejes de cantar allá donde te encuentres.
(1983-2011)
